Por: Raúl Injoque
Executive Vice-President R&D
Cannabis y la economía post-pandemia
“Con todos estos beneficios para la humanidad y con mercados globales establecidos valorados en miles de millones de dólares, no se entiende cómo cultivar hemp sigue siendo delito en el Perú.”

Mi rol en Futura Farms es generar evidencias de los beneficios económicos que traería para el Perú el cultivo formal y legal del cannabis industrial o “hemp”. El hemp es la misma planta del Cannabis sativa, pero que contiene niveles del componente psicoactivo (THC) por debajo del 1%, lo que la hace inocua. Lo curioso es que mi experiencia pasada con la planta fue distante porque practicaba un deporte competitivo y mi percepción negativa sobre el cannabis se basaba solamente en la marihuana. Ahora, he tenido que adentrarme en la ciencia detrás de la planta y me encuentro con una realidad totalmente diferente.
Como se puede ver en el gráfico, la planta de Cannabis sativa L. fue domesticada por las versiones más tempranas del sapiens, nuestros antepasados. Existen evidencias que demuestran más de diez mil años de acompañamiento a la humanidad.
El cannabis fue importante como fuente de alimento, fibra textil, papel entre otros campos. Se ha escrito mucho sobre esto por lo que solo resumo algunos usos:
Como alimento
Es importante destacar que la semilla contiene niveles de proteína mayores a los de la quínoa ( >30%) y alrededor de la mitad de su peso es compuesto por grasas (omega 6 y 9). Además, contiene polifenoles y terpenos que ayudan a la dieta humana. Actualmente es muy utilizado en dietas veganas y ketogénicas y en dietas de alimento para animales. Solamente el mercado de snacks saludables representa US$31 mil millones y el de pre mezclas de alimento para animales US$30 mil millones, según cifras de McKinsey.

Como fuente de celulosa
La fibra de hemp se puede transformar en celulosa para la industria papelera. De hecho, el hemp es más eficiente transformando el CO2 comparado a los mismos bosques. El reto es que la fibra de hemp es más dura y la industria tiene que hacer una transición a nueva maquinaria y esto requiere inversión y tiempo.
Como fibra textil
El hemp es valorado por tener una fibra fuerte y por ello se convirtió en la base de la industria de navegación hasta la invención de los motores. Las velas, sogas, uniformes militares, todos ellos contenían fibra de hemp. Con la tecnología actual se ha logrado algodonizar la fibra de cáñamo generando hilos y telas de calidad única que puede ser utilizado como parte de mezclas de alto valor económico.
Como fibra en la industria de construcción
El tallo del hemp genera dos tipos de producto: la fibra que proviene de la capa externa, y el corcho que proviene del contenido interno del tallo que una vez seco se convierte en una fibra fuerte y porosa. Este corcho es ideal para la fabricación de material de insolación, y es resistente como para construir mezclas de concreto o aglomerados especializados.
La industria de cosméticos y dermatología
Tienen mucho interés en el aceite de cannabis dado que la piel humana tiene receptores del sistema endocanabinoide. Por otro lado, se estudia su utilización para la generación de biodiesel para la industria automotriz o de generación de energía.
Últimamente se está estudiando como componente de biochar (carbón activado) y grafeno ambos con mercados interesantes; y no podemos dejar de lado mencionar que tiene propiedades de adsorción de metales pesados habiendo sido usado con éxito en Italia; quizás pueda ser una opción para la industria del cacao para eliminar trazas de cadmio en el fruto.
Con todos estos beneficios para la humanidad y con mercados globales establecidos valorados en miles de millones de dólares, no se entiende cómo cultivar hemp sigue siendo delito en el Perú. La Ley 30681 y su reglamento (DS 005 2019 SA) solo permiten el cultivo para uso medicinal donde se utiliza la inflorescencia, pero el resto de la planta, su parte más valiosa (fibra y semilla) debe ser incinerada.
Como hemos descrito anteriormente, el cannabis sativa es extremadamente eficiente en fijar dióxido de carbono del aire, y lo convierte en biomasa. Qué incoherencia que la ley obligue a quemar la biomasa generando más contaminación en un momento en que la humanidad busca soluciones al calentamiento global.
El marco regulatorio peruano establece que el hemp es un cannabis “no psicoactivo”, por lo tanto, no debe ser regulado. Si añadieran al reglamento una prueba que identifique que la biomasa del cultivo no contiene un nivel alto de THC, la industria podría recuperar esa fibra como insumo.
En momentos de crisis el sapiens ha demostrado capacidad de supervivencia. Estamos en uno de esos momentos. El COVID-19 ha parado la economía y necesitamos encontrar nuevas alternativas para generar inversión y trabajo formal en el Perú. Creemos que el cáñamo es una de ellas, con el beneficio extra que es un cultivo sostenible para el planeta.
Después de leer este artículo, ¿Estás de acuerdo que el cannabis puede ayudar a reactivar la economía post-pandemia?