Fue en 1976 cuando el compositor de reggae Peter Tosh escribió una canción para legalizar la marihuana medicinal; muchas personas se identificaron con el significado de la canción debido al hecho de que, además del consumo recreativo, el cannabis era ampliamente conocido por sus beneficios para la salud. Esta canción se convirtió en el símbolo de un movimiento en crecimiento que después de 45 años recién pudieron convencer a las comunidades científicas y reguladoras sobre los beneficios y cualidades de esta planta tan poderosa.
"Es bueno para la gripe, bueno para el asma, bueno para la tuberculosis, incluso la trombosis de Numara”, dice en su letra, muy adelantado a su tiempo.
Los años setenta tuvieron dos hitos importantes en el desarrollo del cannabis medicinal; el legal y el científico, en el que hubieron muchos esfuerzos para legalizar la marihuana en los EE. UU. Los estados de Nuevo México y Luisiana fueron los primeros en legalizarla en 1978, seguidos por Virginia, Montana, Oregón y California en 1979. Estos estados aprobaron su legalización para fines médicos, sin embargo, lamentablemente las leyes no se lograron implementar debido a la falta de estándares y a los obstáculos burocráticos y regulatorios que existían.
En el aspecto científico, hubieron profesores como el Dr. Raphael Mechoulam y su equipo de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel, que después de muchos años de investigación, publicaron sus descubrimientos sobre el THC y otros cannabinoides. Estos estudios generaron un efecto de bola de nieve y veinte años después, descubrieron lo que actualmente se conoce como «el sistema endocannabinoide» y concluyeron que los humanos secretan la Anandamida; sustancia que se necesita mantener en equilibrio para el bienestar del ser humano. Después de este descubrimiento, como un efecto dominó, los reguladores estatales iniciaron la aprobación ininterrumpida del cannabis medicinal alrededor del mundo.
Cannabis en el mundo
El cannabis en la historia fue un producto importante a nivel mundial. Se convirtió en un componente clave durante la era dorada de la navegación en la que se fabricaban líneas, cuerdas y velas con fibra de cáñamo. En esa misma época, el cannabis también se utilizaba para tratar los problemas de salud y se ingresó a la Farmacopea de los Estados Unidos en 1850, como informa Ethan Russo en su libro «Cannabis and Cannabinoids».
Aparte de los beneficios a la salud, hoy también conocemos que las semillas de cannabis son una excelente fuente de aceites omega nutritivos, así como una gran fuente de proteínas, sobrepasando los beneficios de a la soja y la quinua. Por otro lado, en el ámbito industrial, la fibra de cáñamo es larga y fuerte, lo que la hace perfecta para desarrollo de textiles, y el corazón de su tallo, llamado vástago, es fuerte y poroso, lo que lo convierte en el material amortiguador perfecto para proyectos de vivienda.
El cannabis además es un fijador de CO2 tan poderoso que podría convertirse en un fuerte aliado para la protección del medio ambiente, y además adsorbe metales pesados, convirtiéndose así en la herramienta perfecta para la fitorremediación en operaciones mineras o desastres nucleares como el ocurrido en Chernobyl, Rusia.
Esperamos ver una rápida adopción del cannabis en las actividades del día a día, ya que está demostrado que agrega valor a nuestro estilo de vida de manera sostenible.
Reggae y ciencia … ¡Qué combinación! La canción legendaria “Legalize it” ayudó a transmitir un mensaje perdido que afirma que el cáñamo es simplemente un cultivo maravilloso.